
Tras pasar 45 años bajo los escombros, el centro clandestino «El Atlético» -que funcionó en la última dictadura bajo la órbita de la Policía Federal en la ciudad de Buenos Aires y por el que pasaron unas 1.500 víctimas de la represión ilegal- será recuperado ahora para ser destinado a un espacio de Memoria.
«Para nosotros es un momento importante en términos de consagrar el valor Verdad, además del valor Justicia y la reparación moral de las víctimas», expresó a Télam el juez federal Daniel Rafecas, a cargo de la llamada «megacausa» Primer Cuerpo del Ejército en el marco de la cual se investigó lo ocurrido en ese centro clandestino que funcionó hasta finales de 1977.
El edificio, ubicado en avenida Paseo Colón y Cochabamba en la zona del bajo de la ciudad de Buenos Aires, fue demolido para la construcción de la autopista 25 de Mayo durante la última dictadura cívico militar.
El juzgado a cargo de Rafecas entregó esta semana formalmente el predio para el inicio de las tareas de recuperación, después de seis años de trabajo de remoción de tierra para acceder al lugar.
«Se retiraron 10.000 metros cúbicos de tierra, con 1.500 camiones, hubo una obra de ingeniería con trabajo de arqueólogos y antropólogos forenses», puntualizó el juez.
Según explicó Rafecas, «se podrá tener acceso a todas las instalaciones del sótano, de la división Suministros de la Policía Federal donde desde 1976 funcionó el centro clandestino» por el cual pasaron unas 1.500 víctimas de la represión ilegal.
A partir de ahora, el Archivo Nacional de la Memoria y el Equipo Argentino de Antropología Forense realizarán el trabajo de recuperación del sótano que funcionó como centro clandestino.
«El trazado de la autopista 25 de Mayo pasaba por ahí y entonces fue muy oportuno para demoler el edificio y enterrar lo que había sido el centro que funcionaba en un sótano. Quedó enterrado debajo de 10.000 metros cúbicos de tierra», recordó el juez.
La tierra tapó el 80% de las instalaciones y sólo quedó a la vista el 20 restante que era la parte del edificio que daba a la calle. En ese subsuelo estaba la sala de torturas, denominada la «leonera» o las «cuchas».
«Durante 45 años se le puso arriba una montaña de tierra», agregó el juez federal en diálogo con Télam.
El proyecto prevé la recuperación del lugar para que se preserve como lugar de la memoria, a pedido de sobrevivientes y familiares de víctimas
«Es como una cápsula del tiempo, volver 45 años atrás en un centro clandestino que queda intacto, tenemos sospechas de que puedan encontrase elementos y salas más allá de las paredes», explicó Rafecas.
Para el magistrado, «es probable que no hayan sacado nada. Quizás los muebles si, pero otras cosas pueden haber quedado».
«La idea es que se convierta en un centro de memoria. Esto fue una iniciativa del juzgado, sobrevivientes y del sitio de memoria, y nosotros pedimos la colaboración a Autopistas Urbanas«, recordó.
El centro clandestino de detención funcionó en la avenida Paseo Colón y Cochabamba y llevó seis años el trabajo de remoción de tierra para poder acceder al subsuelo.
En ese lugar, estaba emplazado el Servicio de Aprovisionamiento y Talleres de la División Administrativa de la PFA y se estima que estuvieron secuestradas allí unas 1500 víctimas de la represión ilegal, la mayoría de las cuales está desaparecida.
El predio está declarado Sitio Histórico desde 2005 por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires y es lugar histórico nacional desde 2014.
La excavación fue reclamada por sobrevivientes, organismos de derechos humanos y barriales.
El hallazgo de objetos durante las excavaciones sirvió como prueba en los sucesivos juicios que se hicieron contra los acusados de delitos de lesa humanidad cometidos en el lugar.
Desde 2014, el predio depende de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Este centro clandestino integró un circuito represivo junto a «Banco» y «Olimpo» bajo la órbita de las policías federal y bonaerense, según se dio por probado en diferentes juicios en los que hubo condenas por delitos de lesa humanidad, según consigna el CELS, querellante en todas las causas.
Atlético funcionó en la división Suministros de la PFA; Banco en Cuatrerismo de la policía de la provincia de Buenos Aires en el partido bonaerense de La Matanza y Olimpo en Mantenimiento de la PFA.
Todos actuaron bajo la órbita del Primer Cuerpo del Ejército y forman parte de la megacausa que se investiga en el juzgado de Rafecas.
Desde 2010 ya fueron condenados 25 represores y 3 fueron absueltos por delitos cometidos contra cientos de personas que pasaron por esos centros clandestinos durante la última dictadura cívico militar, según datos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, también querellante en las causas.